Maratones más allá de las Majors

Si hay algo que no falta en el mundo son maratones. Aunque cada corredor conoce las de su propia ciudad y las cercanas, en general los corredores no están al tanto del descomunal e inabarcable universo de carreras disponibles en el mundo. Para la mayoría de los maratonistas, viajar para correr es complicado o imposible, ya sea por razones económicas como logísticas, por las agendas laborales o simplemente por gusto.

Los que vivimos en Buenos Aires conocemos nuestro maratón, pero también el de Rosario, el de La Pampa, el de Mendoza y el de Tucumán, entre otros. La mayoría de los porteños no ha visitado estas ciudades parar correr, prefiere quedarse siendo local. Sin duda Buenos Aires tiene el maratón más importante de Argentina.

A cada país y cada ciudad le ocurre algo parecido. Primero la ciudad, luego el más importante del país, en caso de no ser el mismo, y finalmente mirar hacia afuera. Ese afuera tiene un maratón más famoso que el resto: el maratón de Nueva York. No es el mejor necesariamente, definitivamente no es el más rápido y, como muchos sabemos, tampoco es el más cómodo el día de la carrera debido al largo viaje a la largada.

En los últimos quince años el crecimiento sostenido del running incluyó el salir a conocer otras carreras. Todas las grandes capitales vieron crecen sus maratones hasta llegar en muchos casos a agotar cupos en la semana de inscripción. En el año 2006 se inauguró el circuito de las World Marathon Majors, donde se eligieron cinco carreras consideradas para conformar un circuito que se convertiría en el centro de atención de maratonistas profesionales y, más aun, aficionados. Elegidas por su perfil alto y calidad, estas carreras fueron Nueva York, Londres, Boston, Chicago y Berlín. En el 2013 se sumó Tokio y hoy se las conoce como las Six Majors. En el 2015 comenzaron a llamarse Abbott World Marathon Majors y actualmente se encuentran en proceso de sumar más.

Para los aficionados la medalla de finisher de las Six Majors es un estímulo y una motivación para recorrer el mundo corriendo fantásticas maratones por maravillosas ciudades. Cada año se suman más Six Star Medals e incluso muchos terminado el circuito completo dos veces. A todos ellos, y me incluye, nos empieza a surgir la pregunta ¿Y ahora qué? La verdad es que la motivación enorme de este objetivo no es tan fácil de reemplazar, pero lo cierto es que hay más carreras. ¿Peor cuántas?

Según se publicó en Runner´s World España el número de maratones se acerca a los 3000 en todo el mundo. 115 países tienen maratones. Es decir que si la excusa es el turismo, no había problema en pasarse un siglo completo conociendo lugares y maratones. Los 42 Km 195 mts son proporcionales al tamaño de los países y la cantidad de corredores que practican la distancia.

En Estados Unidos –donde a mi entender están las mejor organizadas- hay listas que dicen que hay más de 1100 maratones pero cuando se mira más en detalle el número se reduce, aunque en promedio es fácil encontrar 800 maratones al año. Muchas están al límite de lo que se puede tomar como un maratón de calle. Pero dicho en otras palabras todos los fines de semana podrán encontrar donde correr, sábado o domingo, durante prácticamente todo el año. En Europa Reino Unido pica en punta junto con Francia y Alemania, con alrededor de 150, 140 y 130 respectivamente. En España hay alrededor de 50. Pero no solo se trata del número, sino también de la calidad.

Los corredores que se alejan de las Majors descubrirán rápidamente que hay muchos maratones excelentes, pero no tantos como el listado de arriba. La calidad baja y aunque hay otros maratones muy codiciados, hay que acercarse a cada uno de ellos y revisar la experiencia de cada corredor. Lamentablemente no se puede correr tantos maratones como para mantenerse actualizado y las carreras van mejorando o empeorando con los años.

El primer dato a tener en cuenta: Buena organización. Esto incluye la medición del circuito y los registros de los tiempos. Ahí el certificado de la IAAF es una garantía. Si la carrera está bien medida y los tiempos bien tomados, esa carrera ya vale la pena. Sea fácil o difícil, nuestro esfuerzo será correctamente aprovechado. Pero hay más. La hidratación es clave, el cuidado médico también suma y luego ver más detalles.

Seguimos con la lista. La cantidad de corredores es un factor. La altimetría de la carrera es clave. Hay que saber si es un circuito plano, con subidas o con bajadas y en qué lugar de la carrera se producen los desniveles. En Estados Unidos es importante ser clasificatoria para Boston, porque no hay honra mayor que ir a Boston por tiempo. Así que aunque no estén homologadas por la IAAF, muchas carreras están aceptadas para clasificar para Boston.

Otro factor: El clima. Si bien la inestabilidad ha sido una constante en los últimos años, el mes con más carreras es octubre. Es decir la primavera o el otoño en el mundo. Si les gusta el frío, elijan acorde a eso, si los perjudica, eviten algunas carreras. Lo mismo para el calor. Hay que reducir las variables negativas y aumentar las positivas.

Y, para los aficionados, un punto que va al final pero no es menos importante: la ciudad donde se corre o los lugares cercanos que valen la pena visitar. Viajar por el mundo para ir a una ciudad que no nos gusta no tiene mucha lógica para los aficionados que pagamos el viaje de nuestro bolsillo. Hay ciudades con paisajes increíbles, pero recuerden que si la ciudad es pequeña, lo más probable es que el maratón termine allí pero se corra mayormente en las afueras.

¿Qué correr luego de las Six Majors entonces? Paris funciona como la Nueva York europea, llevando a los amantes de la ciudad. Rotterdam es rápida, lo mismo que la espectacular Valencia, dos ciudades elegidas para hacer mejores marcas. Si se estudia con detenimiento se podrá adivinar cuales prometen algo mejor de lo que finalmente ofrecen, pero si la ciudad es grande, el evento también lo es. Hay carreras bien ubicadas en el calendario, listas para recibir a los que se quedaron afuera de las principales. Hay ciudades que vale la pena visitar, como Edimburgo o Los Ángeles, aunque sus carreras no son tan fáciles.

También recuerden que si la carrera tiene menos de cinco mil corredores, lo más probable es que el público que alienta no sea tan numeroso y que tampoco corramos rodeados de muchos corredores, algo que también afecta la psicología del corredor, no necesariamente para mal, pero no es lo mismo. A la hora de elegir hay que repasar todos estos factores y recordar que el esfuerzo es muy grande y el disfrute al final de la historia debe estar a la altura. Carreras no faltan, solo hay que saber cuál.