Inquebrantable (Unbroken, Estados Unidos, 2014) Dirección: Angelina Jolie. Intérpretes: Jack O´Connell, Domhnall Gleeson, Takamasa Ishihara.

La historia de Louis Zamperini (1917-2014) merecía ser contada, no hay duda alguna. Primero fue minuciosamente descripta en la novela de Laura Hillenbrand y ahora aparece de forma cinematográfica en la película de Angelina Jolie basada en ese libro. La novela es muy extensa y todo lo que cuenta es increíble. Jolie tenía un problema grande a la hora de dejar afuera mucho de ese material. Es posible que por eso haya buscado un equipo de guionistas fuera de serie para trasladar a la pantalla semejante cúmulo de momentos impresionantes. Para transformar la novela de Laura Hillenbrand en un film de dos horas y veinte minutos, Jolie contó con cuatro guionistas, dos experimentados como Richard LaGravenese La princesita, Héroes anónimos, Los puentes de Madison y William Nicholson (Tierra de sombras, Gladiador) y nada menos que los hermanos Coen, Joel y Ethan, que no necesitan presentación. El trabajo que hacen es bueno, pero tampoco se trata de un guión fuera de serie. La tarea está cumplida a medias.

Inquebrantable arranca en plena segunda guerra mundial. Pero pronto retrocederá hasta la infancia de Zamperini, sus problemas para adaptarse, el descubrimiento del atletismo y el enorme talento y pasión que lo llevaron a los Juegos Olímpicos de Berlín. Esto, brevemente contado en la película, ya merece una películas en sí misma. Angelina Jolie y los guionistas decidieron no profundizar en este aspecto de la vida de Zamperini, en su aspecto de corredor. Sus inicios son descriptos de forma más clara en la novela, su entrenamiento para llegar a los Juegos Olímpicos también. Zamperini debió enfrentar la última etapa de su camino a Alemania entrenando y compitiendo en condiciones terribles, sobreviviendo incluso a una de las peores olas de calor que sufrió la ciudad de Nueva York. El viaje también fue memorable e insólito. Los deportistas debieron enfrentar condiciones casi imposibles para mantener el entrenamiento y la enorme cantidad de comida que había en el barco llevó a varios de ello a aumentar de peso de forma perjudicial para su desempeño deportivo. Zamperini había pasado hambre durante años y veía como un insulto no aprovechar la comida que le ofrecían. Ya en Berlín Zamperini suma también varias anécdotas, apenas mostradas en la película en algunos casos, o totalmente ignoradas por la misma. No está mal que no estén, pero es una pena porque fue sorprendente la manera en la que corrió , a punto tal de llamar la atención de Adolfo Hitler. Una anécdota más, que la película no cuenta, es como llegó Louis a tener en su poder una bandera nazi. Zamperini dice que la robó, pero nadie pudo comprobar si esto ocurrió tal cual lo contó él. El running vuelve al final de la película en el que tal vez sea el momento más emocionante de todos.

Pero Inquebrantable sigue. Terminada la etapa de atleta, Zamperini vive otras historias increíbles. El conflicto bélico, y sus días como náufrago, merecen una segunda película y finalmente su terrible paso por los campos de prisioneros japoneses podría ser claramente una tercera. No es necesario que una película sea exhaustiva con la historia real que elige contar, tampoco le debe lealtad al libro que adapta, eso debe quedar claro. Sin embargo, la película de Angelina Jolie no falla porque lo que no cuenta, sino por la manera en que elige contar lo que sí aparece en la película. Jolie no hace de este biopic un film profundo o trascendente a su personaje, sino que se aferra a los códigos más estándar del género, deslizándose de forma correcta, sin ideas ni elementos interesantes que logren elevar a la película más allá de lo informativo. No hay nada que está muy mal en Inquebrantable, sin embargo, parece que Jolie buscó inspirarse en otras películas y no es absurdo descubrir partes de otras cintas en diferentes momentos del relato. Su búsqueda es bienintencionada pero sin carisma, sin brillo propio. El biopic es un género que con mucha facilidad disimula sus defectos, siempre y cuando elija un personaje interesante para retratar, pero esa información sería interesante aun sin película y por eso un film mediocre puede salir medianamente airoso. Jolie se preocupa por las torturas que sufre Zamperini, la fortaleza con la cual enfrenta un derrotero casi imposible de superar para cualquier ser humano, esa es la historia que elige la directora, y donde carga sus tintas. Como suele ocurrir con los biopics, la emoción más fuerte está en las escenas finales, con los carteles que –como una nota periodística o un libro- cuentan más cosas sobre los personajes de la historia. Es un recurso típico del género, pero delata sin querer las emociones de las cuales carece la película. Por suerte para Inquebrantable y los espectadores, la historia de Louis Zamperini es tan extraordinaria que termina por inclinar la balanza un poco a su favor. Para quien quiera saber más sobre él, la novela de Laura Hillenbrand, sin duda es un ineludible material de consulta.